El Sapito de las Sierras es uno de los animales únicos de Sierra de la Ventana
El sapito de la sierras es un anfibio que pertenece a la familia Bufonidae (la... Leer más →
Sierras de la Ventana | Termas de Carhué | Monte Hermoso | Cnel. Suárez | Cnel. Príngles | Dorrego | Pigué.
Es por ello, que los visitantes se aventuran a ascender en escasos minutos al Cerro del Amor (frente al balneario el Dique) en Sierra de la Ventana, para disfrutar de los cambiantes tonos verdes del valle y la impronta del cordón ventana, en una vista panorámica inolvidable.
Los perfumes envolventes de la naturaleza resultan un bálsamo que cautiva y obliga amablemente a estirar las piernas, mientras se disfruta en el balneario El Dique.
El Museo de la Trochita es un espació creado por vecinos, en las inmediaciones de la Estación de Tren de Sierra de la Ventana. Impulsados por la pasión por el ferrocarril y el sueño de recuperar, el tren de trocha angosta que hace más de un siglo recorrería 19 kms para trasladar huéspedes desde Sierra de la Ventana al Club Hotel y Casino de la Ventana. El ramal fue construido por la Compañía de Tierras y Hoteles de Sierra de la Ventana. Comprendía una trocha (distancia entre rieles de la formación) de 76,20 centímetros. Su traza se extendía por algo menos de 20 kilómetros (18,660 para ser exacto), en su trayecto describía 42 curvas, y unía la estación Sierra de la Ventana (llamada Sauce Grande hasta 1912) con otra ubicada en el Club Hotel de la Ventana. El viaje inaugural. Tuvo lugar el 17 de diciembre de 1913. Para brindar el servicio se trajo desde Leeds (Inglaterra) un par de locomotoras a vapor (SV1 y SV2), dos vagones para pasajeros y diez vagonetas tipo tolvas. Los coches tenían una capacidad de 27 personas en Primera y 8 en Segunda. En la actualidad, solo quedan algunos puentes y terraplenes de aquel recorrido, y por ello es que este grupo de vecinos intenta rescatar y exhibir en su museo los recuerdos de aquella majestuosa obra ferroviaria.RECUERDA! Puedes reservar en los hoteles en Sierra de la Ventana de preferencia al mejor precio directo con los dueños (sin comisiones intermedias), desde nuestro sitio.
El 21 de enero de 1921 un visionario en la materia, don Arturo Vatteone, inauguraba un pequeño balneario a orillas del Lago Epecuén. La salina húmeda de alrededor de 7000 hectáreas por aquel entonces, se presentaba imponente con sus playas cubiertas de gruesas capas de sal. Desde aquel día Lago Epecuén comenzó a convertirse en una realidad para el turismo de salud de la República Argentina. Sus aguas altamente mineralizadas producen efectos realmente asombrosos en quienes aprovechan sus bondades, enfermedades como la artritis, artrosis, psoriasis y diversas enfermedades de la piel, son tratadas con asiduidad a lo largo de estos casí noventa años. No existe el milagro en las aguas curativas de Epecuén, estudios realizados desde 1896 en adelante explican que la altísima condensación de minerales en conjunto con la gran salinidad comparable unicamente con el Mar Muerto, producen efectos ciertos en el organismo y esos efectos son analizados y controlados por profesionales de la salud que conocen y apoyan el desarrollo de la actividad termal. El boca a boca de los primeros años entre quienes descubrían las virtudes de las aguas curativas de Epecuén, produjo un fenómeno de crecimiento que se consolidó en una villa turística de más de 7000 plazas que lamentablemente por una acción erronea de los hombres en el manejo de la cuenca hídrica de las Encadenadas, terminó despareciendo bajo las aguas del mitológico lago. Hoy Lago Epecuén sigue estando con sus mismas propiedades, con la misma mística entre quienes lo descubren hoy y quienes lo conocen desde siempre… Lago Epecuén y sus aguas curativas no es una simple promesa publicitaria, es una realidad avalada por generaciones de Argentinos que la conocieron y disfrutaron y de las generaciones actuales que la redescubren en un entorno ideal hoy con sus servicios emplazados en la ciudad de Carhué, a 520 kms. de Capital Federal con modernas instalaciones para la atención del turista y todas las posibilidades de encontrar la tranquilidad y el placer de una recuperación integral del cuerpo y la mente… por estas razones vale la pena redescubrir.Escrito por Ariel Sewald
Situada a 30 km de la localidad de Sierra de la Ventana por camino de tierra, Estomba ve transitar indiferentes a quienes por allí se dirigen a otros destinos con más suerte. La estación Estomba del Ferrocarril del Sud fue habilitada en 1903 para carga y salida de productos agrícolas de la zona pero tristemente hoy, ve pasar por sus andenes abandonados un tren que ya dejó de sostenerla. Pese a que allí funcionó la Cooperativa «Sombra de Toro», que en épocas de esplendor agropecuario llegó a reunir más de medio millar de asociados y un importante almacén de ramos generales que abastecía a los pobladores de la región, el lugar no llegó a conformarse como pueblo, y hoy solo recibe algún turista curioso que por allí se detenga a plasmar en una imagen, tan puro y silencioso paisaje. Encierra mil historias que quedarán guardadas en el interior de quien quizá allí, con sus pocas esperanzas aún se siga resistiendo a dejar una ilusión. En este paraje, la Escuela Primaria Nº 5 que hoy se encuentra derruida y en abandono, solo conserva el eco de las voces de alumnos que emprendieron otros rumbos donde el futuro les sea próspero. Una escuela donde un molino amigo del viento, observa desde afuera como las ventanas ya no volverán a abrirse cada mañana. Los viejos edificios en su mayoría deshabitados, las paredes de una escuela que quedó dormida y la desmantelada estación ferroviaria, son el marco de un lugar donde la paz abunda lejos de donde el aire se contamina de ruidos molestos y poco deseados…lejos…muy lejos de todo…lo que queda de Estomba espera… Su nombre conmemora al Coronel Juan Ramón Estomba, fundador de la ciudad de Bahía Blanca en 1828 y partícipe en las batallas independentistas en Argentina y Perú, quien destituido de su cargo e internado en el Hospicio General de Hombre por problemas de desorden mental, poco después moría, el 27 de mayo de 1829 y con posterioridad sus restos serían trasladados a la ciudad que fundó.
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El día 13 de setiembre de 2006, en la demolición de la antigua casa de... Leer más →