El despertar de la naturaleza en las Sierras de la Ventana
El invierno llega a su término con varios días de lluvia en su haber, y... Leer más →
A principios del siglo pasado, una prolongada sequía tenía a la población de Bahía Blanca al borde del desastre, presenciando varios casos en que la súplica de unos cuantos litros de agua de algunos obtenía la negativa más desesperante de otros.
A raíz de ello, y de intereses propios en el servicio, las empresas ferroviarias del Pacífico y del Sur, a instancias de William Harding Green, decidieron asociarse en el año 1905, y con ellas surgió la empresa «The Bahía Blanca Waterworks Company Limited«, con la finalidad de llevar a cabo una considerable obra de infraestructura, que resolvería la falta del vital elemento.
El proyecto de la flamante compañía consistió en captar las aguas del río Sauce Grande mediante una boca-toma en un dique a construirse, y que previo paso por la Planta Clarificadora, partiría un acueducto de 457 milímetros de diámetro y 67 kilómetros de longitud hacia la planta potabilizadora de Grünbein (aún en funciones), con una capacidad máxima de transporte de 7.500 m3.
El momento más esperado se produjo el 16 de octubre de 1908, cuando el líquido proveniente del río Sauce Grande comenzó a llegar a la ciudad.
Actualmente, y pasados ya varios años desde la inauguración de Dique Paso Piedras que la reemplazará, el acueducto y las instalaciones de aquella vieja toma de agua se perpetuán con sus restos, como un legado histórico en el olvido, de aquellos tiempos de abnegación por una necesidad tan básica como el agua.