Paso de las Piedras: el dique de la Provincia
Visitamos el Dique Paso Piedra (el único de toda la provincia) para conocer a fondo... Leer más →
Es la ocasión de descubrir paisajes, tradiciones y costumbres, que marcaron la identidad cultural de la región. Aseguran con calidez sus habitantes que, al margen de la historia real, Saldungaray acuna otra historia, la que no se escribe, la que simplemente SE VIVE !
En la localidad cercana de Saldungaray, distante 9 Kms. de Sierra de la Ventana, se encuentra el Fortín Pavón, lugar histórico reconstruido de elevada trascendencia, en el cual se atesoran elementos de gran proyección cultural, sobre las variadas formas en que el hombre se relacionó con la naturaleza.
Su historia real nace mucho años antes de la fundación, pues un fortín militar le dio «esperanza de ser» cuando todavía algunos indígenas merodeaban por la región. El fortín nació como posta durante la Campaña de Juan Manuel de Rosas al desierto. Por su ubicación y condiciones poco a poco se convirtió en fortín. Tomó el nombre de Pavón en 1863 y se mantuvo activo hasta 1877. Las tierras donde estaba asentado el fortín pertenecieron a Walter José Colbold y Guillermo T. Corrales antes que al fundador.
Después de una lucha fratricida de nueve años, con pujas de intereses y predominios para dar a la Nación las bases de su seguridad institucional, la batalla de Pavón, entre la Confederación Argentina y la Provincia de Buenos Aires, sella la unión definitiva de las provincias argentinas. Reincorporada Buenos Aires al resto de la nación, ejerce la presidencia el General Bartolomé Mitre. La línea de frontera tiende a reorganizarse. El río Sauce Grande continúa siendo el elegido como lugar estratégico.
En noviembre de 1862 el Teniente Coronel José A. Llano dirige una nota al Sr. Ministro de guerra y marina de la república, Gral. Don Juan A. Gelly y Obest, donde solicita la instalación de un fortín sobre el Sauce Grande para proteger “bastantes individuos establecidos con haciendas en el Sauce” y para “garantir este pueblo (Bahía Blanca) y sus inmediaciones de una sorpresa de indios enemigos”.
El fortín se ubica en la banda occidental del río Sauce Grande, en lo que es hoy la localidad de Saldungaray, partido de Tornquist. A comienzos del siglo XX esta población se conoce como “paraje Fortín Pavón”.
En aquella época, el fortín poseía dos cañones y estaba rodeado por un foso de 3 metros de profundidad, que tenía una boca de 4 metros y una base de 40 centímetros, en cuyo interior se protegían la cuadra de tropa, la comandancia y el mangrullo.
Fue recién 30 años después, el 7 de Enero de 1863, cuando el entonces destacamento del ejército, que estaba a 16 leguas en línea recta de Bahia Blanca, pasó a llamarse «Fortín Pavón«.
El comandante de la nueva guarnición fue el mayor Antonio Zonza, y entre los oficiales estaba el teniente primero David Peña, salteño y ex-combatiente de la batalla de Cepeda, y los alférez Hipólito Gramajo y Salvador de los Santos. En total, la primera dotación fue de 46 soldados, además del pulpero Máximo Flores, el albañil Luis Corradi y 6 mujeres.
Zonza y Peña murieron en la sublevación del 16 de marzo de 1863.
El Fortín quedó abandonado hasta 1871, año en que llegaron 30 soldados y se construyeron 4 ranchos. En diciembre , la tropa, al mando de Antonio Sotelo, se enfrentó con los indios maloneros que asaltaron el establecimiento de Juan Edwards, llevándose en arreo de 200 vacunos y una manada de caballos.
Para 1877, el fuerte era ocupado por un oficial y 11 soldados. Las tierras donde estaba asentado fueron adquiridas por Pedro Saldungaray.
Fue declarado el 4 de Agosto de 1980 Lugar Histórico Nacional.
Actualmente Fortín Pavón está circundado por una empalizada de 1.500 postes de acacia negra, de entre 2 y 5 metros de largo, y en las esquinas del frente hay dos baluartes donde antes estuvieron emplazados los cañones.
Las paredes de los ranchos son de tipo «chorizo» y los piso de adobe, que en total insumieron unos 345 metros cúbicos de barro, mientras que una fosa de 3 metros de ancho rodea la fortaleza que tiene 5 cuadras, la guardia, una cocina y la comandancia, a las que se accede por un puente levadizo. Y tampoco falta un mangrullo de casi 9 metros de altura.
Lugar donde se encuentra la imagen de la Santísima Virgen, talla en madera, en posición de descanso, apoyada sobre almohadones. Dicha imagen fue traída desde Francia, por el fundador Pedro Saldungaray.
Obra monumental diseñado por Francisco Salamone. Es una manifestación de estilo Art Déco, reconocida a nivel internacional.
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