Ernesto Tornquist: Aniversario de un hombre extraordinario
Al cumplirse hoy 17 de junio, el 105 aniversario de su fallecimiento, y conociendo la... Leer más →
Sierras de la Ventana | Termas de Carhué | Monte Hermoso | Cnel. Suárez | Cnel. Príngles | Dorrego | Pigué.
El Cerro de la Carpa de 1050 metros sobre el nivel del mar.
Las propiedades de las Termas de Carhué ayudan a relajarse y a mejorar el equilibrio vital. Muchas veces, un baño caliente es la mejor forma de eliminar tensiones. En Carhué encontrará un lago termal donde bañarse no sólo le relajará, también le servirá para tonificar el cuerpo, respirar mejor y revitalizar el organismo. Este lago natural de aguas termales está situado en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires. Las cualidades mineromedicinales de sus aguas lo convierten en un lugar único para disfrutar de unas vacaciones de salud y bienestar. Entre baño y baño, le recomendamos que reserve tiempo para conocer algunos de los atractivos que hallará en la zona. Desde la visita a las ruinas de la antigua Villa del Lago Epecuén, hasta la región serrana que comprende Sierra de la Ventana.
Comprendido dentro del Circuito Grande al Abra del Hinojo y al Monolito a la Primera Conscripción Argentina, y accediendo desde la ruta provincial 76, pocos kilómetros después de cruzar la localidad de Villa Serrana La Gruta (entre Tornquist y Villa Ventana). Este recorrido nos invita a disfrutarlo (recomendablemente en vehículo alto tipo 4×4), por caminos de tierra serranos de destacadas vistas paisajísticas, en los cuales se destacan la presencia de los cerros Chaco, Pan de Azúcar y Curamalal, además del cruce de varios arroyos que descienden de las sierras. Se llega luego de cruzar el Abra del Hinojo, continuando unos 30 kms por el camino de tierra, con rumbo a Pigüé sobre el camino del Abra de Cura-Malal Chico. El Monolito, edificado con lajas de las sierras, de acuerdo con los planos preparados por el Ingeniero Luis María Campos, recuerda al Ejército Argentino en el lugar donde unos 8.000 soldados llegaban a Pigüé para cumplir con el primer Servicio Militar Obligatorio el 15 de abril de 1896. Fue inaugurado el 15 de Abril de 1936 y declarado Monumento Histórico el 1 de Mayo de 1951. La primera conscripción tuvo como objetivo impulsar un ejército estable en el país; además, en esa época se pensaba que iba a desatarse una guerra con Chile. En ese momento Uriburu era presidente, y se creó la Ley 3318, que incorporaba chicos de hasta 20 años de todo el país, para hacer un adiestramiento militar de 60 días.
Fue que en una tarde fría de julio, decidimos visitar otro sitio olvidado por la historia, que acuno grandes momentos y vivencias de épocas pasadas. Peralta, un paraje más de nuestras sierras, que atesora en el olvido su estación de tren y una pocas edificaciones, con mucha riqueza histórica y cultural. Ni bien llegamos, recorrimos su estación y fuimos abordados por la señora Teresa, cuidadora y habitante con su marido de lo que queda de ella. Allí, parados sobre las vías fue donde nos contó la actualidad que vive la gente de ese paraje, de oportunidades truncadas de reconstrucción como museo y tantas otras cosillas de cómo sobrevivir allí. Faltos de datos históricos pero cargados de improntas fotográficas que nos hacían intuir riqueza cultural, salimos por referencia a la búsqueda de una señora que vivió allí muchos años, y casualmente estaba en la actualidad, radicada en Sierra de la Ventana. Marta de Zacchi, conocida por muchos en nuestro pueblo por el Vivero La Serrana, nos recibió en su casa para contarnos junto al fogón, todo lo que su mente recordaba con nostalgia. Su familia había comprando allá por el año 1905, el almacén “El Nuevo Triunfo” que fuera la primer edificación en ese lugar construida en 1896 por los señores Pradere y Barrenechea. Allí recuerda por sobre todo, la fabricación de galletas de pan que eran muy populares en toda la zona. También allí se vendía combustible que venía en tambores de 20 litros y dentro de una caja de madera que tenia inscripciones de la West Indian Oil, y curiosamente también el dibujo de una esvástica. Este almacén (ver foto b/n), hoy aun en pie en buenas condiciones brindo también por gentileza de don Juan Pablo Zacchi, espacio para hacer las veces de escuela, hasta el año 1935 en que fuera construida la actual. En una de las fotos del año 1925 que acompañan la nota, se puede apreciar indicada a la señora Marqueza Ribarola, Directora de esa escuela. Mientras escuchábamos sus relatos, recordamos haber visto una construcción muy particular para estar allí presente, y al consultarle nos indico que era la Cancha de Paleta que fuera construida en 1944. “Había que sacar turno” nos decía Marta, de la cantidad de gente, entre ellos encargados de los campos, que acudían a jugar y luego agolparse a beber en La Fonda, un bar restaurante que hacia también las veces de hotel con habitaciones para quienes llegaban en el tren. Ese edificio ya no está presente, debido a que fuera derrumbado en el año 1987. Respecto a la Estación de Tren, estimaba su inauguración en el año 1904, cuando fuera también inaugurada la Parada Sauce Grande (actual estación Sierra de la Ventana). Representaba, como a muchos pueblos por donde pasaba el tren, algo más que una estación. Quizás el corazón de un pueblo que todos los días entre las 19 y 20 horas, veía pasar y al parar allí con pasajeros y provisiones, motivo de reunión de todos los que vivían en ese paraje. Como decía Landriscina: ahí se conocían las chicas y los muchachos. Todos los días, el señor Margiota recorría en ese tren, desde Príngles hasta Sierra de la Ventana, distribuyendo en esas paradas, los diarios y revistas. Como la cerveza no podía tampoco faltar, la empresa Quilmes despachaba un vagón lleno de cerveza a este paraje serrano. En aquella estación vivía junto a su familia el Jefe de Estación (ver en foto), y tenía destacada como vecinos cercanos en otras casitas, la cuadrilla de la zona con un capataz, un segundo capataz y alrededor de 12 catangos (peones). Sus tareas, atender la vía que transitaba el tren “Los Arrayanes”, lleno de turistas con rumbo a Bariloche por San Antonio Oeste, y el “Zapalero” con rumbo a Zapala por Neuquen. Este paraje, que contara además con policía montada, estafeta postal y la primera estación en tener teléfono en la zona, comenzó a retraerse allá por el año 1973 cuando asumiera el General Perón el gobierno nacional, y ordenara el traspaso de las petroleras al estado, provocando con ello que el cierre de todas las agencias expendedoras de combustible. “Allí ya no hubo más combustible, y poco tiempo después dejo de pasar el tren y cerrar la Estación Peralta y luego Stegmann” nos recordaba la Sra. Marta Zacchi. En el año 1980, le toco justamente a nuestra referida, realizar el último censo, que le arrojara un total de 47 habitantes, cuando en su época de esplendor (década del 20), albergara a más de 300 personas que fueran protagonistas de estas historias y lo que se llamara: hacer patria! Nuestro especial agradecimiento a Teresa y Marta! Esperamos que con esta nota, el presente llegue a tiempo, al rescate de nuestra herencia histórica. RECUERDA! Puedes reservar tu hotel en Sierra de la Ventana de preferencia al mejor precio directo con los dueños (sin comisiones intermedias), desde nuestro sitio. Sergio Marto 20 de julio de 2011.
La Cueva de Jackson», ubicada en el macizo del cerro Tres Picos en Sierra de la Ventana. En su patio hay una Placa Homenaje dedicada a Santiago Alberto Jackson «Capitán Quaker», quien registra como ser el descubridor de esta cueva. En ella, se encuentra pinturas rupestres. Fotos gentileza Nelson Davis (Sierra de la Ventana).
El casco de la Estancia El Retiro fue construido en 1904 por Don Diego Meyer, fundador del pueblo de Sierra de la Ventana, un visionario que quedo enamorado de este valle cercado por el antiguo y pintoresco sistema montañoso de la Ventania, y las bondades de la zona, hizo que se estableciera por estos pagos. La adquisición por su parte de estas tierras, originaron una explotación agrícola ganadera, principalmente con lanares, y aun hoy conservamos en la estancia como mudos testigos, viejas maquinas de las usadas en esos tiempos para la agricultura. La casa fue construida en un estilo anglo normando, de impecable factura, pensada en sus mas mínimos detalles, cosa que en el presente aun llama la atención, la cuidada y perfecta planificación con la que fue levantada. En esta casa pasaba tiempo con las ocupaciones lógicas de sus negocios, en compañía de su familia pero sin olvidar los intereses que demandaban sus ansias por el progreso y bienestar para el pueblo de Sierra de la Ventana. Así fue que contribuyo con terrenos para el establecimiento de las principales fuerzas vivas, como así también otros proyectos como el Golf Club Sierra de la Ventana con su increíble arboleda, que como buen amante de los arboles, se cultivaron en un vivero que había en la estancia, bajo su personal supervisión. Hoy sus descendientes y muchas otras personas más, disfrutamos de su decisión, dedicación y determinación, de llevar adelante sus sueños y concretar las bases para lo que hoy vemos cada día; de su generosidad al emprender algo con tantos impedimentos en esas épocas, pero que supo sortear con soltura y bonomia.
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